Llega a España la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa

Fte. La Vanguardia

Los biocombustibles 2G, producidos a partir de desechos agrícolas o aceites usados de cocina, son una solución energética basada en la economía circular que permite descarbonizar el transporte por tierra, mar y aire, de manera inmediata, sin necesidad de cambiar los motores actuales.

Con una producción anual de manera flexible de 500.000 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO), esta planta, ubicada en Palos de la Frontera, junto con las instalaciones que ya operan Cepsa y Bio-Oils en Huelva, duplicará la capacidad de producción de biocombustibles 2G actual de la joint venture. Los combustibles renovables desarrollados en este complejo ideado por Cepsa y Bio-Oils evitarán la emisión de 3 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 4% de las emisiones del transporte por carretera en España si se utilizan combustibles fósiles tradicionales.

En la transición energética, descarbonizar el transporte se convierte en una de las principales palancas para un futuro inmediato. En sectores en los que la electrificación se hace compleja, es necesario buscar alternativas para conseguir mitigar los efectos del cambio climático, que de eso se trata. Una razón por la que, en el transporte pesado terrestre, aéreo y marítimo –o en la propia industria–, el uso de biocombustibles de segunda generación se convierte en la solución más rápida para reducir las emisiones de la movilidad. En función de la materia prima empleada, la utilización de biocombustibles puede llegar a disminuir hasta en un 90% las emisiones de CO2 a la atmósfera.

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